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El menor confiesa el chantaje al que Juana Rivas le sometía para decir que su padre le maltrataba. Le obligó a grabar vídeos y manipuló sus mensajes.

El caso de la mente retorcida de esta madre no es un caso aislado, sino que son multitud de niños y niñas que sufren maltrato psicológico por parte de madres para hacerles creer lo perverso que es su padre y así conseguir que les rechacen u odien de manera patológico ( Síndrome de Alienación Parental). En posteriores artículos iré desvelando la multitud de casos reales de alienación parental y que son ocultados por las instituciones españolas y por la gran mayoría de los medios de los medios de comunicación.

En un artículo anterior expuse la verdad del caso Juana Rivas. La mente retorcida de esta señora no deja de sorprender al ser noticia, que después de 7 años de luchas en los tribunales, la Justicia italiana ha decidido finalmente conceder la custodia en exclusiva del hijo menor a su exmarido, Francesco Arcuri. Lo ha hecho a través de una demoledora sentencia, a la que ha tenido acceso el periódico Libertad Digital, en la que desmonta punto por punto la imagen de «madre protectora» que la ministra Irene Montero y las feministas de género – que no de igualdad-  pretendieron hacer creer de ella para justificar su indulto tras haber sido condenada por un delito de sustracción de menores. Sin que se pueda perder de vista,  que el Juez denegó  suspender la pena de prisión de esta condenada por sustracción, en tanto estando los hijos bajo el cuidado y custodia de la madre, uno de ellos fue abusado sexualmente, según dictaminó la pediatra, en informe forense con fecha 11/4/2017 y según manifestó el propio menor». Mientras tanto, la madre ocultó a los niños al poco de constatarse estos hechos, justo en el momento en que la presencia del menor era esencial para la investigación. 

A lo largo de 32 páginas, la jueza María Antonella Sechi presenta así a Juana Rivas como una mujer con un «funcionamiento psíquico severamente patológico«, que ha manifestado «grandes habilidades manipuladoras hacia los menores», algo que habría llegado a corroborar su propio hijo pequeño, al que separó de su padre cuando apenas tenía dos años.

Lo que ahora trasciende no solo es la confesión abierta de un chantaje que pone la piel de gallina, sino también cómo Juana Rivas le obligó a grabar vídeos, manipuló sus mensajes de WhatsApp con distintas aplicaciones y le llevó en Granada a todo tipo de psicólogos aprovechando las últimas vacaciones de verano —pese a la prohibición taxativa de sentencias anteriores— con el fin de que el menor corroborase unos malos tratos que jamás habrían existido.

«Mamá me lava el cerebro»

Entre los informes en los que la magistrada se aferra se apoya para tomar su decisión, destaca el elaborado el pasado mes de septiembre por la Doctora Tradori después de que el menor regresara de sus vacaciones en España. «Es como si mamá me lavara el cerebro hablando de papá, diciendo mentiras como que papá me pegaba. Eso no es verdad», confesó Daniel. El niño, que acaba de cumplir 9 años, llegó a reproducir incluso una las frases con las que Juana Rivas le chantajeaba: «Tu papá te pega, te tira por las escaleras… Daniel, si no dices esto, no te dejo ir más a Carloforte (la ciudad en la que reside junto a su padre)».

Según su relato, su hermano mayor también habría tratado de presionarle. «Gabriel me dijo que si no decía eso, mamá iba a ir a la cárcel«, le dijo a la doctora. Y eso es precisamente lo más espeluznante que trasciende de la sentencia: cómo Juana Rivas habría logrado manipular a su otro hijo, a punto de cumplir 17 años. «Su relación con su madre parece patológica«, concluye la magistrada, quien añade que «está basada en el deseo de complacerla».

A lo largo de estos años, Gabriel ha denunciado reiteradamente los supuestos malos tratos sufridos a manos de Francesco Arcuri. En 2018, el diario ABC incluso recibió una carta teóricamente escrita por él en la que llegaba a decir que tenía miedo de que su padre les matase. Sin embargo, ningún psicólogo ni ningún tribunal ha dado nunca credibilidad a su relato, porque jamás se han encontrado pruebas, porque su actitud nunca ha casado con sus palabras y porque ha quedado constatado que el secuestro perpetrado por Juana Rivas «favoreció la estructuración de un proceso de alienación de la figura paterna«. Aun así, debido a su próxima mayoría de edad, la Justicia ha dejado que decida por sí mismo con quien quiere vivir, por lo que él seguirá en Granada junto a su madre.

Vídeos y mensajes manipulados

Por otro lado, resulta relevante los vídeos y mensajes que Juana Rivas ha pretendido usar contra Francesco Arcuri para conseguir la custodia del pequeño Daniel. «Me obligó a hacer vídeos, me obligó a decir que quiero vivir allí (en Granada), pero yo no quiero vivir allí, yo quiero vivir aquí», decía insistentemente el menor, quien, además, relató a los profesionales que siguen su caso en Italia que su madre había aprovechado las vacaciones de verano para llevarle a varias psicólogas para tratar de predisponerle contra su padre.

Al no conseguirlo, una vez que el menor ya estaba en Carloforte, Juana Rivas, quien dice querer tanto a sus hijos, presentó unas capturas de pantalla de supuestos mensajes de su hijo pequeño, en los que éste le pedía ayuda «frente a una escalada de conductas cada vez más graves» por parte de su exmarido. La jueza rechazó, sin embargo, tales pruebas, tras pedirle a uno de los educadores que hablase con el menor para indagar si era cierto. El niño aseguró entonces «que él no había escrito tales mensajes, que en realidad habían sido escritos por la madre, usando aplicaciones y el sistema de capturas de pantalla para cambiar las fechas«.

Con todo, la Justicia italiana corrobora que Juana Rivas no solo dificulta la «relación afectiva con el padre», sino que, además, «mina la serenidad» de sus hijos, sobre los que ejerce un «profundo daño psicológico«. Con el fin de limitarlo al máximo posible, no solo le otorga la custodia en exclusiva a Francesco Arcuri, sino que, además, limita las visitas de la madre, de tal manera que, a partir de ahora, Juana riva podrá verle «exclusivamente en Cerdeña». De esta forma, la magistrada confía en evitar que le siga llevando a psicólogas de parte, como hizo el pasado verano, para tratar que el menor interiorice unos malos tratos y unos abusos que jamás habrían existido.

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